Cuando una persona está monologueando es cuando tu simplemente miras hacia el horizonte mientras la persona habla, habla, y habla. Volteas a ver su cara de pronto para que crea que le estás poniendo atención y sonríes cortezmente de cuando en cuando mientras no estás escuchando una palabra.
Odio cuando me pasan cosas como ésta porque por lo general mi cortesía innata me hace escuchar por más tiempo del que quisiera, es nefasto. Aún así, el otro día, mientras vivía una experiencia de ese tipo, aproveché mi tiempo pensar precisamente todo ésto y creí que sería una buena idea hablar de ello en el blog.
Ésta no es un anécdota como las pasadas, son más bien reflexiones de varias experiencias recientes.
Entonces, yo estaba pensando que es un hecho sin embargo, que a las personas les gusta hablar de sí mismas, todo el tiempo. Y no es algo tan difícil de entender, nosotros somos el tema que mejor dominamos. Pensé eso porque conocí personas nuevas recientemente y me di cuenta de la cantidad de información privada que soy capaz de proporcionar si es que se me pregunta con un poco de interés y cortesía. Eso me llevó a pensar como a veces estamos por la vida desinteresados de las vidas de las demás personas, y como realmente a veces ni siquiera conocemos a nuestros amigos, personas que vemos día a día y de las cuales a veces no sabemos nada. Entonces de ahí reflexioné sobre como siempre he pensado que las primeras impresiones son las equivocadas 99.9 % de las veces.
Me ha pasado (y estoy segura que no soy la única) que juzgo a alguien por su mal carácter o su manera de actuar, afortunadamente ésto lo hago solamente en mi cabeza por que desde niña aprendí a no hablar si no se tiene nada bueno que decir (no que no lo haya hecho alguna vez, pero trato de no hacerlo). Aunque pasa también al contrario, a veces me he tomado mucha confianza con personas que no debería y termina siendo un desastre.
Conocer a las personas es una de las cosas más complejas que existen. A veces no conoces bien ni siquiera a tu familia, y bueno a veces no nos conocemos bien ni a nosotros mismos.
Igual y no he encontrado aún el punto al que mis reflexiones sobre el modo automático quieren llegar, pero creo que tal vez mi moraleja sería: "no seas tan ensimismado en ti mismo, preocúpate por los sentimientos de los demás además de los tuyos", y mi contra moraleja sería "no confíes en cualquier persona, no todos tienen buenas intenciones".
Ésta semana estuve muy reflexiva como pueden ver. Estuve un tanto sentimental en realidad. El tamaño de mi problema según mi mejor amiga y yo, se mide en la cantidad de dulces que comes para aliviarlo... ¡me comí una caja de bombones con chocolate! ¡ja! y me sentí mejor después de medio hablar con ella por teléfono y tener unas buenas horas de sueño.
El broche de oro fue ir a la playa un rato para despejar la mente. Me gusta nadar en el mar al contrario de las olas, por que de ese modo no avanzo, y no tengo que preocuparme por llegar a algún final y tener que regresar, puedo regresar cuando yo quiera hacerlo. Eso fue muy relajante.
Otra de las novedades es mi intención por dejar cualquier cosa que dañe mi cuerpo llámese alcohol y cigarro, ya que según Buda debo dejar de intoxicarme y dañarme a mi misma, eso aunado a un fuerte golpe que me dí en la cara contra una puerta de vidrio que no vi... aún me duele la naríz... lo peor fue llegar a esa casa dos días después y encontrar la marca de mi frente, nariz y lipstick... so humiliating.
Un amigo me comentaba que no sabe que es peor, si no recordar nada al día siguiente, lo que conyeva a estar tranquilo por no saber lo que hiciste, o saberlo y estar al tanto de que hiciste todas esas cosas en un estado de semi-conciencia, pero por lo menos recordar.
Creo que ambas apestan, tarde o temprano habrá que enfrentar los hechos. Ese es otro tipo de modo automático, lo peligroso es que en esos momentos no estas al cargo de ti mismo, no más, y es algo un tanto peligroso. Adal Ramones dijo en un monólogo una vez que todos tenemos un yo, y un otro yo. El otro yo es tu verdadero yo, el que piensa que "si, si te ves gorda" cuando tu amiga la pasadita de peso te pregunta como le queda ese vestido, mientras tu yo dice "te ves linda".
Mi teoría es que el alcohol hace que el verdadero yo se apodere de las personas. De manera que yo no me trago los cuentos de "lo siento, no quería hacerlo, estaba tomad@". Nadie hace nada borracho que no haya pensado en hacer en sobriedad. El alcohol actúa como una llave que te libera para hacer esas cosas que no harías por pudor. Que por supuesto está mal el 98% de las veces, pues por algo no lo haces en estado de cordura. La próxima vez que alguien les ponga el cuerno y se excuse en el alcohol, por favor no lo crean. Ahora lo saben. De nada.
Tal vez a mi verdadero yo le gusta estrellarse contra los vidrios, tal vez es su manera de decirme que en realidad no le gusta mi nariz o algo.
Cuídense mucho gente, y Bon Voyage!
Paulina.
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